En la extracción de aceite vegetal mediante prensado en tornillo, el control riguroso de la temperatura es un factor crítico que determina tanto la calidad como el rendimiento del producto final. Nuestra experiencia práctica en plantas de producción ha evidenciado que variaciones tan pequeñas como ±1°C frente a ±5°C en el control térmico pueden mejorar la claridad del aceite en más de un 20% y aumentar el rendimiento en aproximadamente un 8%. Este artículo técnico analiza cómo un sistema de control térmico avanzado puede optimizar significativamente estos parámetros mediante ajustes precisos en la temperatura de precalentamiento.
En la operación diaria, se observan problemas recurrentes relacionados con fallos en el control térmico, incluyendo aceite turbio, bajo rendimiento de extracción y alarmas frecuentes en el equipo. Estas dificultades impactan negativamente la eficiencia y la rentabilidad, además de aumentar el desgaste del equipo debido a ciclos térmicos inestables. Por ejemplo, un desajuste de temperatura superior a ±3°C puede generar una degradación visible en la pureza del aceite y un 5% de reducción en el rendimiento.
La temperatura influye directamente en la estructura de las proteínas presentes en las semillas oleaginosas, afectando la estabilidad de emulsiones y la oxidación del aceite. Cuando la temperatura no se controla con precisión, se produce una desnaturalización acelerada de proteínas, que fomenta la formación de partículas suspendidas y turbidez en el aceite. Asimismo, temperaturas elevadas activan reacciones oxidativas que deterioran la calidad y reducen la vida útil del producto. Controlar la temperatura con una precisión de ±1°C permite minimizar estos efectos, garantizando un aceite más claro y estable.
Nuestro equipo recomienda implementar una estrategia de calentamiento segmentado, ajustada según el contenido de humedad del material crudo. Por ejemplo, para maníes con contenido de agua superior a 8%, es aconsejable incrementar la temperatura de precalentamiento en aproximadamente 5°C para mejorar el rendimiento de extracción. La ubicación estratégica de sensores es clave: preferimos posicionar sensores cerca de la entrada del tornillo y en la sección media para monitorizar con precisión las variaciones térmicas en tiempo real.
Las alarmas frecuentes suelen estar asociadas con fluctuaciones térmicas superiores a ±3°C o fallos en el aislamiento térmico. Recomendamos verificar la estanqueidad de los anillos calefactores y revisar las conexiones eléctricas al detectarse estas alarmas. Un protocolo de mantenimiento preventivo basado en la inspección mensual del sistema térmico reduce en un 30% las interrupciones por fallos térmicos. Adoptar este enfoque permite mantener la estabilidad térmica y prolongar la vida útil del equipo.
La precisión en el control de temperatura no solo cumple una función técnica, sino que representa un factor estratégico para mejorar la competitividad en el mercado. Aceites con mayor claridad y rendimiento comprobado incrementan significativamente la satisfacción del cliente final y permiten posicionar la marca en segmentos premium. Nuestro enfoque técnico tiene como objetivo dotar a operadores y gestores de planta de herramientas prácticas y datos concretos que les permitan tomar decisiones informadas y elevar la rentabilidad del proceso.