En el sector de la producción de aceites vegetales, especialmente para fábricas de tamaño mediano o pequeño, la elección correcta de una prensa de tornillo puede marcar la diferencia entre una operación eficiente y otra con pérdidas significativas de rendimiento. No se trata solo de "poner una máquina", sino de entender cómo cada componente técnico impacta directamente en la tasa de extracción y la calidad del producto final.
El diseño del eje helicoidal no es solo mecánico, es estratégico. Un eje con pasos de avance optimizados (entre 8–12 mm por vuelta) permite una compresión progresiva sin generar fricción excesiva. Según estudios de la Universidad de Illinois, este tipo de diseño mejora la eficiencia de extracción hasta un 15% en comparación con sistemas tradicionales de paso constante. Para materias primas como el maní o la soja, donde la estructura celular es más densa, esta diferencia es crítica.
| Materia prima | Temperatura óptima (°C) | Rendimiento esperado (%) |
|---|---|---|
| Maní | 70–80 | 48–52 |
| Soja | 65–75 | 18–22 |
| Semilla de colza | 60–70 | 35–40 |
La temperatura durante el prensado afecta tanto el rendimiento como la estabilidad del aceite. Una variación de tan solo 5°C puede reducir la calidad del aceite crudo en un 10–15%, según datos del Instituto Internacional de Aceites Vegetales (IOI). Las nuevas prensas con control térmico PID (proporcional-integral-derivativo) mantienen una temperatura estable dentro del rango deseado, minimizando la degradación de los ácidos grasos insaturados.
Además, el uso de función de precalentamiento (pre-heating) antes del paso por el tornillo aumenta la fluidez de la materia prima, lo que reduce la carga energética del motor en hasta un 20%. Esto es particularmente útil en zonas con climas fríos o cuando se procesan semillas húmedas.
Una encuesta realizada entre 120 fabricantes de aceite en América Latina reveló que el 63% de las decisiones de compra se basaban en la capacidad nominal (kg/h), ignorando factores como la humedad inicial de la materia prima o la compatibilidad con el tipo de aceite objetivo. Esto lleva a sobredimensionar equipos o subutilizarlos, generando costos ocultos.
“No todos los tornillos son iguales. La clave está en adaptar la tecnología al material, no forzar el material a la máquina.” — Ingeniero Industrial, Grupo Oleaginoso Andino