Optimización del proceso de tostado y cocido: reducción efectiva del contenido de aceite en los residuos

En la industria de extracción de aceite, especialmente para pequeñas y medianas fábricas, el rendimiento del prensado depende directamente de cómo se preparan los materiales antes de entrar en la prensa de tornillo. Una optimización cuidadosa del proceso de limpieza, trituración y tostado/cocido puede aumentar la eficiencia de extracción hasta un 12% y reducir el contenido de aceite en los residuos (oil cake) desde un promedio del 8-10% a solo 4-5%.

Caso práctico con semillas de girasol y sésamo

Un cliente en Argentina que procesa semillas de girasol reportó una mejora significativa tras ajustar sus parámetros de vapor y temperatura durante el proceso de cocido. Antes de la optimización, su aceite residual era del 9%, lo que representaba una pérdida económica considerable. Tras implementar un control preciso de humedad (alrededor del 10%) y temperatura (75–80 °C), logró reducirlo a un 4,8%. Este cambio no solo mejoró la rentabilidad, sino que también incrementó la calidad del residuo como alimento animal.

En otro caso, una planta en Perú que trabajaba con sésamo encontró problemas de obstrucción por partículas demasiado finas. Al ajustar el tamaño de trituración a entre 2–3 mm (en lugar de 1 mm), mejoró la fluidez del material en la prensa y redujo el riesgo de bloqueo. Además, aplicando un ciclo de cocido más uniforme (25 minutos a 85 °C), logró una extracción más completa del aceite sin dañar las proteínas del sésamo.

Estos resultados muestran que incluso con equipos estándar como las prensas de tornillo medias, es posible alcanzar niveles de eficiencia muy altos si se siguen buenas prácticas técnicas. La clave está en entender que cada tipo de semilla tiene necesidades específicas de humedad, calor y tiempo de exposición.

La implementación de un sistema de control de procesos estandarizado —incluyendo registros diarios de temperatura, humedad y producción— permite detectar desviaciones tempranas y corregirlas antes de que afecten la calidad del producto final. Esto no solo mejora la confiabilidad operativa, sino que también fortalece la reputación del fabricante ante clientes internacionales exigentes.

Para quienes buscan mejorar su eficiencia energética, reducir costos operativos y aumentar la competitividad global, estos casos reales demuestran que el conocimiento técnico bien aplicado es tan valioso como la inversión en maquinaria avanzada.